Medidas orientadas a mejorar la empleabilidad y productividad de los trabajadores de edad avanzada
DOI:
https://doi.org/10.26537/iirh.v0i5.2152Palavras-chave:
Empleabilidad;, Productividad;, Trabajadores maduros;, Aprendizade permanente;, Seguridad y Salud;Resumo
En el ámbito de la gestión de los recursos humanos, para minimizar los efectos de la pérdida de competencias de los trabajadores de edad resulta imprescindible mantener a lo largo de la vida laboral un esfuerzo adecuado de formación profesional adaptada a las necesidades originadas por la aparición de nuevas tecnologías y cambios organizativos o de actividad. En una empresa, las ventajas del grupo de edad madura se concentran especialmente en la experiencia, la madurez emocional, la confianza y el compromiso. Nadie puede poner en duda la importancia de estas aportaciones. Por tanto, la superación de las posibles pérdidas de aptitud de los trabajadores maduros pasa por la elaboración y aplicación de un plan integrado de formación y de asignación de funciones adaptado a las características personales y profesionales y a las necesidades de organización. Sin duda, la fórmula ideal para mejorar la empleabilidad de los trabajadores de edad avanzada es aumentar las cualificaciones de dicho colectivo de edad. O, en otros términos, para la incentivación del empleo de los trabajadores de mayor edad deberían aplicarse medidas dirigidas a su oportuna adaptación a los cambios del mercado y a los requerimientos de las nuevas tecnologías, potenciando su empleabilidad mediante la garantía de acceso a la formación continua en condiciones de igualdad.
En este sentido, la estrategia de aprendizaje permanente, impulsada a través de varios documentos comunitarios, se orienta hacia los sistemas de educación y formación para favorecer procesos de educación y formación a lo largo de toda la vida de una persona. Las acciones de formación a lo largo de la vida deben ser susceptibles de aportar los saberes dirigidos a favorecer el enriquecimiento personal, la cobertura de las necesidades sociales y la ciudadanía activa junto con los relativos a los aspectos ligados al empleo.
Por último, también resultan de sumo interés las líneas de actuación relacionadas con las condiciones de trabajo de los mayores de 55 años, con particular atención a la seguridad y la salud en el trabajo, como pueden ser la reducción de la jornada laboral; evaluación de riesgos, vigilancia de la salud, formación e información para la seguridad y salud en el trabajo de los empleados de más edad; la movilidad funcional por razones de seguridad y salud en el trabajo y aquellas investigaciones que puedan redundar en una mayor protección social.